La mayoría de las veces, la sociedad tiene un concepto equivocado sobre las escort, y creemos que la causa de ello está en la falta de conocimiento sobre el tema.

Se suelen mezclar conceptos y simplificar todo en “esta chica vende su cuerpo por dinero”. Desde nuestro punto de vista, una profesional no se vende, sino que ofrece un servicio.

Éste es un tema que causa mucha polémica y que no deja de ser tabú en pleno siglo XXI.

Hoy en día, la gran mayoría de escorts lo toman como un estilo de vida y disfrutan de esta profesión mientras consiguen la libertad económica para poder perseguir sus sueños; ya sea para pagarse una carrera universitaria, independizarse, comprarse un coche o simplemente viajar y conocer mundo.

Cada una tiene un objetivo diferente, pero todas están unidas en el mismo camino para poder conseguirlo.

De esta forma, opinamos que todo depende de la perspectiva con la que veamos las cosas. A nosotras nos gusta definirlo como un “interés mutuo”, dónde la chica se beneficia económicamente, mientras el cliente disfruta de pasar una velada en buena compañía.

Por otro lado, aunque la figura de una escort siempre esté asociada a las relaciones sexuales, no necesariamente es así. A menudo puede convertirse en una acompañante para todo tipo de eventos, fiestas, viajes, etc.

En definitiva, hablamos de una profesión muy rentable que permite tener tiempo libre para estudiar e incluso tener una ocupación adicional a la vez que aporta unos ingresos extra de forma rápida a la cuenta bancaria.